9.28.2013

Trip Bolivariano. Taggeando el altiplano.

Ferias, Cholitas, Mercados Populares, Minibuses, Evo, Titicaca, Bob el constructor, Trenes, Excursiones, Mineros, El Tío.

Mercados Populares

En todas las ciudades de Bolivia, los Mercados populares son los lugares mas buscados, no solo por los turistas, sino también por los lugareños, para comer, desayunar o simplemente comprar frutas, verduras, semillas, medias o patitas de rana.

Resulta raro llegar a un comedor y ver como unas señoras gordas de guardapolvos azules a cuadrille con rodetes y sombreritos tipo cholita, se disputan la clientela. En los mercados populares, la cocina funciona de la siguiente manera. Hay una mesa y una señora que atiende; es una especie de fast food en donde uno debe comer rápido su desayuno para darle paso a los otros. Lo que se ofrece es rico y variado; café con leche, té o api (maíz morado y leche) sumamente empalagoso. Se acompañan los desayunos con buñuelos o sopaipilla acompañados de mermelada y miel, o bien uno puede pedirse unos ricos sanguches de queso.


Minibuses

Es Enero y luego de unos días de una intensa y anegadora lluvia, salió el sol; una musculosa y unos cortos bastan, no hace frió ni calor; camino a Atocha, en el bus “Quechisla” una cholita y un viejito con sombrero de mirada cansada yace a su lado, ambos esperan que arranque el colectivo; hablan en quechua y no se miran, salvo cuando meten la mano dentro de la bolsita de los lupines; el panorama es multicolor, las cholitas están vestidas con sombreritos de colores y de formas distintas –según el tamaño de cada cabeza- nos dijo una chola en el mercado de frutas de Uyuni. A todas se las ve cargando con algo; bebes, garrafas, bolsas de ropa, chanchitos y cestos de frutas. También se ven muchos niños de carita triste, comiendo heladitos sentados arriba de las faldas de sus madres; y a lo lejos, dos extranjeras comunicándose en ingles y haciendo ademanes con las manos; por lo que logro divisar en su lenguaje gestual no están nada cómodas con la idiosincrasia y las costumbres de este país.          
Al bus suben un par de niñas a vender sanguches de queso con juguitos; también sube un niño de no mas de siete años que con su voz quebrada canta una canción triste que dice:

Mi gallito se ha perdido, la, la,
Pobrecito, la, la, pobrecito, la, la.
Y no lo puedo encontrar.

Lo he buscado en Alemania, la, la,
En Italia, la, la, en Italia, la, la,
Y también en el Japón.

Tiene cresta colorada, la, la,
Tiene plumas amarillas, la, la,
Aletea, la, la, aletea, la, la,
Y también dice "quiriquiquí."  


Casas de cambios


Una de las rarezas a la hora de ingresar al país de Evo reside en la depreciación de la moneda respecto del dólar (muy devaluada) no así, con respecto al peso Argentino; apenas cruzas la frontera argentina (La Quiaca) y llegas a Villazón, uno va directo a una casa de cambio. Allí el peso argentino te lo cotizan a 0.87 centavos por un boliviano. Su moneda es más fuerte. Y a medida que uno va subiendo la moneda argentina se va depreciando más y más. Nosotros llegamos a Potosí y allí te cotizan 0.70 centavos por un boliviano. Fucken awesome ¡  


Copacabana



La ciudad de Copacabana, es una delicia. Un pequeño poblado en dónde se accede cruzando un lago en barquito de madera. Como todo pueblito post-colonial, su movimiento se da alrededor de su plaza. La isla, bordeada por el lago Titicaca, tiene dentro de sus principales encantos, su fisonomía. Callecitas talladas en  piedra, pasadizos y cortadas coloniales hacen que uno se pierda y camine a la deriva y sienta que si se pierde, no hay miedo y pánico, sino curiosidad. La trucha, es un plato imperdible que por sólo 20 bolivianos uno puede degustar en un bodegón alejado del centro.

Uyuni

En la ciudad de Uyuni abundan los murales y las esculturas referidas a ferroviarios; Son enormes figuras realistas de metal y cemento muy parecidas a Bob el constructor. Es mas, en su placa seguramente dice: "Bob construye, podrás hacerlo, si podemos". También hay pintadas que retratan o expresan su gratitud a Evo, en casi todas las ciudades hay un Evo. Es un semidiós y bien que así sea.

Potosí y la conexión Oriental


En Potosí, Bolivia dan vueltas por la city unos minibuses de origen japonés que son sumamente pequeños y aptos para circular por las diminutas calles potosinas. Existe una rara relación con lo oriental, que no sólo se da en el transporte público, sino que anida en la psiquis de la gran mayoría de sus habitantes. Atravesamos el país en largos y cansadores viajes en buses, y quedo de manifiesto que la transmisión de películas de Jackie Chang excede lo normal. Contabilizados 9 viajes en distintas ciudades en colectivo proyectaron 7 películas del actor de origen asiático. De Villazon a Tupiza proyectaron Impacto Inminente (1996); de Tupiza a Atocha dieron Máximo Rival (1999); de Atocha a Oruro videaron Los rebeldes de Shangai (2003); de Oruro a La paz El Mito (2005); de La Paz a Copacabana pusieron –con un pésimo sonido- The Karate Kid (2010); de Copacabana a la isla del Sol escuchamos como una pareja de bolivianitos se contaban algunas escenas memorables de la película Chinese Zodiac (2012) y por último de La paz a Potosí proyectaron La leyenda del luchador borracho (1994). Definitivamente hay una adoración especial por Jackie chang y la práctica de las artes marciales en la patria plurinacional. 


Cerro Rico
                                                      
Según cuentan las leyendas, en épocas de mercantilismo y dominación española, para
trabajar en las minas se necesitaban esclavos pequeños, sumisos y dedicados. Para semejante empresa les tiraron el dato que en China existían ese tipo de sujetos. Se mando a un comisionista a que seleccione una suma importante de esclavos orientales y se los importo a precio vil. Los pobres chinos traídos de Asia trabajaban como negros en esas minas, con jornadas de 24 hs de lunes a sábados con un sólo franco los domingos.

El tío


En el interior de las minas de Cerro Rico hay cientos de estatuas de un dios-diablo que en su momento los católicos de Potosí lo apodaron como El Tío. De acuerdo a sus tradiciones, el tío gobierna sobre las minas y todos aquellos que ingresen a las minas deben ofrendarle bendiciones, respeto y miedo. En nuestro paso por el cerro rico de Potosí le dejamos como ofrendas: tabaco, licor, una Inka cola, hojas de coca, un yogur Light empezado y promesas vanas con la esperanza de que  salve nuestra mínima estadía en esa cueva. Se comenta que algunos mineros inescrupulosos le han ofrendado la vida de un compañero, con tal de que el tío les suministre una “veta” en la mina. Las vetas son las porciones más ricas de la mina. Por suerte salí ileso de la mina y con una rara, pero alegre sensación de sentirme mas liviano; Una vez en Rosario me fui a pesar en la bascula de la farmacia Maipú, y contrariamente a lo que muchos opinan respecto de que uno vuelve mas inflado de las vacaciones, noté que había bajado 21 gramos.

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