 No aprendimos nada 
(texto publicado el 2/11/05)
Gano Ñulls ¿bien, mal? poco importa. Y lo mismo pensaría si el resultado hubiese sido el inverso. Aunque reconozco que me hubiese gustado un cacho mas, pero al fin y al cabo poco importa si al termino de cada encuentro tanto en arroyito como en el parque a cualquiera le cabe un botellazo por la cabeza.
Porque a quien le puede importar si el árbitro del partido Juan pablo Pompei, exagero expulsando al pibe Moreira, si los popes de ambos clubes rosarinos fueron responsables de lo sucedido al ceder en el horario de las 11 hs sugerido por la policía a favor de la empresa encargada de televisarlo a las 16 hs. TyC Sports.
Y diganme, a quien le puede importar si el chango Garay que metió el segundo gol de Ñulls estaba en posición adelantada al partir la pelota. ¿A los vecinos de Pueyrredon al 1400? Lo dudo, aunque quizás habría que preguntarle a la gente del suplemento Ovación del diario La Capital que de las 16 paginas solo en 1 se da noticia sobre los destrozos después del partido.
Central y Ñulls son hoy el resultado de las políticas económicas de los años noventa: la privatización de los grandes patrimonios sociales y populares en beneficio de los grupos empresariales que manejan fuertes contactos en la justicia, en el poder legislativo, en el político y en los grandes medios de comunicación. El único enfrentamiento que queda entre estos dos clubes archirivales se da en la calle, y con palos, porque en la cancha los dos juegan
a lo mismo.
Hubiese sido un buen final de crónica, pero para salir en los matutinos hay que escribir crónicas de verdad. Y las crónicas de verdad se escriben así: Esta vez fue para Ñulls y lo fue por la actitud rojinegra que puso para reponerse del tanto que le había marcado German Rivarola casi en el final del primer tiempo, por la determinación para afrontar el complemento y por los goles de Ariel Ortega y Ezequiel Garay.
 No aprendimos nada 
(texto publicado el 2/11/05)
Gano Ñulls ¿bien, mal? poco importa. Y lo mismo pensaría si el resultado hubiese sido el inverso. Aunque reconozco que me hubiese gustado un cacho mas, pero al fin y al cabo poco importa si al termino de cada encuentro tanto en arroyito como en el parque a cualquiera le cabe un botellazo por la cabeza.
Porque a quien le puede importar si el árbitro del partido Juan pablo Pompei, exagero expulsando al pibe Moreira, si los popes de ambos clubes rosarinos fueron responsables de lo sucedido al ceder en el horario de las 11 hs sugerido por la policía a favor de la empresa encargada de televisarlo a las 16 hs. TyC Sports.
Y diganme, a quien le puede importar si el chango Garay que metió el segundo gol de Ñulls estaba en posición adelantada al partir la pelota. ¿A los vecinos de Pueyrredon al 1400? Lo dudo, aunque quizás habría que preguntarle a la gente del suplemento Ovación del diario La Capital que de las 16 paginas solo en 1 se da noticia sobre los destrozos después del partido.
Central y Ñulls son hoy el resultado de las políticas económicas de los años noventa: la privatización de los grandes patrimonios sociales y populares en beneficio de los grupos empresariales que manejan fuertes contactos en la justicia, en el poder legislativo, en el político y en los grandes medios de comunicación. El único enfrentamiento que queda entre estos dos clubes archirivales se da en la calle, y con palos, porque en la cancha los dos juegan
a lo mismo.
Hubiese sido un buen final de crónica, pero para salir en los matutinos hay que escribir crónicas de verdad. Y las crónicas de verdad se escriben así: Esta vez fue para Ñulls y lo fue por la actitud rojinegra que puso para reponerse del tanto que le había marcado German Rivarola casi en el final del primer tiempo, por la determinación para afrontar el complemento y por los goles de Ariel Ortega y Ezequiel Garay.
3.23.2006
 No aprendimos nada 
(texto publicado el 2/11/05)
Gano Ñulls ¿bien, mal? poco importa. Y lo mismo pensaría si el resultado hubiese sido el inverso. Aunque reconozco que me hubiese gustado un cacho mas, pero al fin y al cabo poco importa si al termino de cada encuentro tanto en arroyito como en el parque a cualquiera le cabe un botellazo por la cabeza.
Porque a quien le puede importar si el árbitro del partido Juan pablo Pompei, exagero expulsando al pibe Moreira, si los popes de ambos clubes rosarinos fueron responsables de lo sucedido al ceder en el horario de las 11 hs sugerido por la policía a favor de la empresa encargada de televisarlo a las 16 hs. TyC Sports.
Y diganme, a quien le puede importar si el chango Garay que metió el segundo gol de Ñulls estaba en posición adelantada al partir la pelota. ¿A los vecinos de Pueyrredon al 1400? Lo dudo, aunque quizás habría que preguntarle a la gente del suplemento Ovación del diario La Capital que de las 16 paginas solo en 1 se da noticia sobre los destrozos después del partido.
Central y Ñulls son hoy el resultado de las políticas económicas de los años noventa: la privatización de los grandes patrimonios sociales y populares en beneficio de los grupos empresariales que manejan fuertes contactos en la justicia, en el poder legislativo, en el político y en los grandes medios de comunicación. El único enfrentamiento que queda entre estos dos clubes archirivales se da en la calle, y con palos, porque en la cancha los dos juegan
a lo mismo.
Hubiese sido un buen final de crónica, pero para salir en los matutinos hay que escribir crónicas de verdad. Y las crónicas de verdad se escriben así: Esta vez fue para Ñulls y lo fue por la actitud rojinegra que puso para reponerse del tanto que le había marcado German Rivarola casi en el final del primer tiempo, por la determinación para afrontar el complemento y por los goles de Ariel Ortega y Ezequiel Garay.
 No aprendimos nada 
(texto publicado el 2/11/05)
Gano Ñulls ¿bien, mal? poco importa. Y lo mismo pensaría si el resultado hubiese sido el inverso. Aunque reconozco que me hubiese gustado un cacho mas, pero al fin y al cabo poco importa si al termino de cada encuentro tanto en arroyito como en el parque a cualquiera le cabe un botellazo por la cabeza.
Porque a quien le puede importar si el árbitro del partido Juan pablo Pompei, exagero expulsando al pibe Moreira, si los popes de ambos clubes rosarinos fueron responsables de lo sucedido al ceder en el horario de las 11 hs sugerido por la policía a favor de la empresa encargada de televisarlo a las 16 hs. TyC Sports.
Y diganme, a quien le puede importar si el chango Garay que metió el segundo gol de Ñulls estaba en posición adelantada al partir la pelota. ¿A los vecinos de Pueyrredon al 1400? Lo dudo, aunque quizás habría que preguntarle a la gente del suplemento Ovación del diario La Capital que de las 16 paginas solo en 1 se da noticia sobre los destrozos después del partido.
Central y Ñulls son hoy el resultado de las políticas económicas de los años noventa: la privatización de los grandes patrimonios sociales y populares en beneficio de los grupos empresariales que manejan fuertes contactos en la justicia, en el poder legislativo, en el político y en los grandes medios de comunicación. El único enfrentamiento que queda entre estos dos clubes archirivales se da en la calle, y con palos, porque en la cancha los dos juegan
a lo mismo.
Hubiese sido un buen final de crónica, pero para salir en los matutinos hay que escribir crónicas de verdad. Y las crónicas de verdad se escriben así: Esta vez fue para Ñulls y lo fue por la actitud rojinegra que puso para reponerse del tanto que le había marcado German Rivarola casi en el final del primer tiempo, por la determinación para afrontar el complemento y por los goles de Ariel Ortega y Ezequiel Garay.
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