4.03.2006

Dedicatorias en libros Siempre que me regalan libros, lo primero que hago es leer las dedicatorias. Si soy yo quien regala, trato de escribir algo que ponga a la persona y al libro en un mismo plano. Le agrego comicidad, algo de sutileza, recurro a lugares comunes y alguna que otra cita del autor. Será que es la idea que quiero que se hagan de mí en la posteridad, o bien es lo único que me permite mi estrechez mental. En este caso, ambos libros eran para mi novia y la elección no fue una mera cuestión azarosa, así como tampoco sesuda. Que va
Traducción: A suerte de prólogo me gustaría extenderme con algunas palabrillas acerca del ejemplar (si, si.. del libro mija) porque los datos del autor están a tu izquierda. Debo confesarte que no es tarea fácil esto de regalar libros, y menos a vos mamita, ya que la oferta es vasta, y no de libros, sino del campo intelectual o cultural (tuyo claro). Tenemos zurdos revoltosos con anhelos de revoluciones eternas, también JTP adscriptos que reversionan el pensamiento de un revisionista Francés o Venadense, realmente no lo se. Pero creo concordar en que la mirada que Rudy hace del psicoanálisis y sus vertientes esta buena, y hecha por tierra los dichos de muchos perejiles que andan recibiéndose por ahí de psicólogos y dicen que “Lácan es un boludo". Acá van algunas razones por las que subí ambas dedicatorias: 1) Me agarro nostalgia al verlas cajoneadas en la biblioteca de mi novia. 2) Había creatividad y entusiasmo. 3) Son un bonus re-groso que pinta la identidad de la persona que las escribe. 4) Es jugar a hacer público lo privado. 5) Exhibir la intimidad de uno, para que otros opinen y se metan en el juego. Traducción: Una preciosa herida. No se si te pasara a vos mi vida, esto de perderte entre títulos y autores, deliciosa experiencia, por cierto, en pos de encontrar y encontrarte una lectura pila, que te deje algo, que te mueva, que te cuestione, que te genere mas preguntas que respuestas –trillado pero cierto- creo que por ahí anda la motivaciones regalarte libros. A mi me gusta mucho ver tu herida mi amor, esa herida narcisista de no saber –la aceptación de nuestra incompletud como condición necesaria del deseo de aprender- diría el cabezón Freud, pero mas me llenaría que esa herida nunca se cierre, porque realmente es una preciosa herida y al igual que la mía, de lo que menos necesitan es de curanderos.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

me acuerdo de la pepita. .ja
era una mal parida ..
como se la van a garchar .
hacia del los 70 que no se la daban por el culo !!
un saludo alberto . marto

Anónimo dijo...

verga que es eso prefiero el perfil de ayer

Anónimo dijo...

que letra del culo che.
practica caligrafia