
En el comedor, en la cocina, en la pieza, en el baño. Solo, con un amigo, con tu novia, con la nona, con un traba, (y copetines de por medio) siempre que uno se ponga a ver tele, resulta provechoso. Tampoco tanta, no cierto, no vaya a ser que terminemos totalmente alienados, y se pierda esa concepción que tenemos las clases medias al identificarlo con las ceremonias filosóficas. Porque si hay algo que despierta en nosotros, el amigo televisor, son las emociones. Ya sean: risas, llantos, chuchos de miedo, alucinaciones, zarandeos, la puntita, noooo... por ahí no.
El cuadrado no es un amigo fácil de sobrellevar, llega un momento en que hay que discutirle lo que nos muestra, porque pasado un tiempo el sofisticado arte de la queja se convierte en un metié popular. Quejarnos por todas las mentiras que nos inventa, y por la hipocresía que con toda naturalidad nos venden todos los medios días, los nuevos directores de conciencia, como certeramente llama Bourdieu a los nuevos periodistas serios. Esos que desde sus butacas altas, con el dedito acusador (similar al de la señorita pepita en la primaria) el ceño fruncido (bien teatral), miran a cámara, y se indignan de la pobreza, de la inseguridad, y de la pérdida de valores de nuestros adolescentes. Ya en el otro bloque, una vez repuestos de tal catarsis emocional, anuncian el informe central sobre:
“cacos violentos”. ¿La justicia bien gracias?
Si hay algo que abundan, son los ensayos dedicados a la vida posmoderna, y entre todos lo tópicos, defenestrar a la televisión por neopopulista, es lo top de lo top entre los académicos. Por un lado, y totalmente alarmados, los estudiosos afirman que nosotros, los televidentes recibimos un bombardeo de imágenes, que trasunta en altas dosis de ezquizia narcotizante. Maldito Tótem popular, de ahí que todavía no defina en torno a que hacer con mi vida.
Los psiquiatras por su lado, se apiadan de los niños encapsulados en burbujas electrónicas. Los Sociólogos denuncian la banalidad de la televisión, en su mero rol de divertimento, de enaltecimiento del espectáculo, y del show como estética hegemónica.
Oh, pero que gran equivoco e cometido. Gracias a estos relevamientos me e dado cuenta que en E entertainment televisión, no se pondera a la cultura sino mas bien a un buen par de tetas.
Algunos dicen que el zapping nos vuelve locos, otros que gracias al zapping podemos defendernos contra la manipulación del medio. Hasta hay quienes indican el final de la narrativa lineal y los grandes relatos como la hemos conocido durante años. Quien sabe, quizás no haya nada que merezca mirarse por más de diez segundos.
Al final, los intelectuales hacen con los televidentes lo mismo que se les ocurrió hacer con el proletariado. Iluminaban obreros, y como han sido desplazados de tan magna misión, iluminan televidentes, es decir que tratan de imbeciles, y piden una buena televisión para el buen televidente.
En fin, si son teorías las que necesitamos, me quedo con la lucida reflexión del comunicador social y experto en el estudio de los fenómenos mediáticos, Jesús martín Barbero, quien consultado acerca de la TV basura dijo:
-Rambo I es pura responsabilidad de Hollywood, pero Rambo II, III y IV ya es Kitch.-
donalfiler
09/05/06
3 comentarios:
ahh.. mira vos
alto post
saturado de verdad
verdades, quise decir "saturado de verdades"
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