11.23.2006

Actividad cultural alternativa en el Pasaje Pam

El problema del arte. Un Bidet. El antiarte que propugno Duchamp, en su momento fue una forma de protesta ante la creciente mercantilización del arte. En donde ya se vislumbraba como el mercado se estaba apropiando de todo, y eso, naturalmente era parte del proceso capitalista. Savon de corps. La súper cuestionada obra de la rosarina Nicola Constantino confeccionada con grasa de la propia artista presentada en la Galería Ruth Benzacar, recibió duras críticas por su proximidad con el genocidio nazi. La autora relaciono su obra y el empleo de grasa lipoaspirada al filme estadounidense El club de la pelea (1999) “donde en una critica ácida de la sociedad de consumo, los protagonistas roban grasa de una clínica de cirugía estética con el fin de hacer jabones y vendérselos a los ricos para que se laven la cara con su propio culo”[i]. El mercado derroto al rock. Es frecuente creer que el hecho de que el rock se haya vuelto un producto integrado al mercado quiere decir que perdió su sentido y su potencia. El valor artístico de un grupo no tiene que ver con el proceso de producción. Que haya compañías que trabajen con esos productos no quiere decir que no sean hechos culturales. Es cierto que es más fácil y más orientador estar en contra de algo que a favor de algo, pero estamos en un momento del desarrollo de la cultura que tiene mucho mas que ver con la capacidad de inventar que con la de rechazar. a) Mercantilización del arte. b) Critica ácida de la sociedad de consumo. c) El rock se volvió un producto integrado al mercado. Estos tres ejemplos, aunque bien disimiles tienen un mismo denominador común. El cuestionamiento a un modelo de producción cultural y apropiación de consumo legitimado por las sociedades contemporáneas. Siguiendo la visión de teóricos como Néstor García Canclini, el consumo es una construcción que ha sido elaborada a partir de la crítica a dos nociones: la de necesidades y la de bienes. Hay que descartar ante todo, la concepción naturalista de las necesidades: no hay necesidades naturales, estas surgen de las determinaciones de la sociedad. La cultura de la clase a la cual pertenecemos nos acostumbra a necesitar de tales objetos. Pierre Bourdieu, observa que “la formación de campos específicos del gusto y del saber, donde ciertos bienes son valorados por su escasez y limitados a consumos exclusivos, sirve para construir y renovar la distinción de las elites. En sociedades modernas y democráticas, donde no hay superioridad de sangre ni de títulos de nobleza, el consumo se vuelve un área fundamental para instaurar y comunicar las diferencias”.[ii] De esta forma, los bienes culturales son producidos por su valor de uso. Reside una lógica de ganancia en la producción. Siguiendo otra línea de razonamiento, también debemos abordar el erróneo concepto de “construcción cultural” que desarrollan los aparatos estatales, promocionando gestión cultural como mero paquete instrumental de consumo, con caducos esquemas de abordaje ciudadano. “Hegel nos enseña que debemos pensar que las ideas preceden a la gestión cultural, y que debemos observar porque muchos gestores culturales solo miran lo que les pasa a los artistas, se enamoran de ellos, tienen un buen orgasmo, pero eso no es cultura”[iii]. Tony Puig, autor intelectual de esta cita y entre otras cosas director de la Agencia Municipal de Servicios del Ayuntamiento de Barcelona, dicto unas conferencias sobre: Ciudad, servicios culturales y construcción de ciudadanía, en donde hace unas consideraciones acerca de que “nos hemos dedicado a potenciar consumidores culturales y hemos inventado clientes y usuarios de la cultura, lo que me parece una vulgaridad. Nos olvidamos de los ciudadanos anónimos que no van al teatro, que no leen poesía. ¿Cómo hacer para que se interesen? Según Puig, los ciudadanos murieron después del ´68. “Con el declive de lo publico, en los ´80, llego el auge del consumismo con los yuppies. Tener dinero es lo más, para que leer. Y se instalo el culto a la moda: eres lo que ostentas.” “La cultura es sentido –definió el catalán-. Que sentido le damos al hecho de vivir en Buenos Aires o en Corrientes, que país compartimos. La cultura es el sentido que cada país y ciudad debe reinventar y rediseñar. La cultura es pensar, proponer, reflexionar.” Es necesario propiciar nuevas estéticas, esas que surgen de las nuevas y diversas sensibilidades llamadas “lo femenino”, “lo étnico”, “lo urbano”, “lo juvenil”. Construir mensajes sobre lo que convoca en la vida cotidiana. Es en estas realidades donde los sujetos se encuentran para significar de nuevo el mundo de la vida. Contar historias: el asunto es dejar los discursos y buscar las historias inscriptas en cada sujeto, objeto, concepto o realidad. Los movimientos artísticos surgen con la pretensión de ¿cambiar lo establecido? O simplemente surgen para “decir algo”. La pregunta reside en como algo “low-brow”, es decir bien de abajo, prácticamente outsider termine legitimándose. Es mas, convoque a gente y se cree otro ámbito, diferente al del mercado estándar o tradicional de producción cultural. ¿Qué mecanismos se ponen en funcionamiento para que producciones de artistas desconocidos sean difundidos en otros espacios? ¿Se considera arte a la producción que se realiza por fuera de los mercados tradicionales de exposición? ¿La papelería, el graffiti, la folleteria novelada, el comic, son recursos validos para la producción cultural, o no son más que géneros impuros? ¿Es necesario el reconocimiento del público o el apoyo oficial? ¿Las modas culturales no terminan desnaturalizando el sentido madre de toda propuesta? Jugar. Porque también se trata de jugarse a cambiar los límites a través del arte. Según lo que apunta Carlos Sabino, en todo proceso creativo o de investigación, que haya un poco de anarquía y desorganización, termina siendo beneficioso. “A pesar de que el proceso de conocimiento, en la vida real, es continuo y a veces bastante desorganizado, la libertad y la creación cumplen un papel central”[iv]. Flor Balestra dice hay una cuestión natural y silvestre que se arrastra de la niñez, porque un artista nunca empieza sino que sigue. Lo que lo diferencia del resto se da en el periodo en el que todos los niños se ponen a dibujar, ya que este sigue dibujando, y no es que uno empieza a una edad, sino que ese hilo, de alguna manera, nunca se corta. El artista sigue jugando, y conservando esa cosa lúdica, que más adelante se convierte en estrafalario. Después con el tiempo, hay una toma de conciencia y una decisión de vivir de lo que uno hace. Convengamos en que se ha modificado el perfil del artista. Este manifiesta otro tipo de conciencia, más responsable: asume su lugar social de artista gestionando la difusión de su propia obra, a pesar de que el panorama aún se muestra hostil en materia de presupuestos y de mercado. En efecto, ya no predominan entre las comunidades artísticas aquellos discursos atravesados por la convicción de que en Rosario nada es posible. Es una incansable búsqueda de canales por donde transmitir mensajes. Pero como dice en uno de los folletos que se reparten en el Pasaje Pam: La cultura es pasajera y esta en la calle. Nos encontramos ante un nuevo panorama donde lo que se destaca es la existencia de un campo alternativo para el arte, constituido por entidades que no entran dentro de la categoría de "museo", ni tampoco en las de "institución" o "galería". A decir, todo aquello que esta fuera de los grandes circuitos comerciales; léase, Centros de poder cultural. Y por tal motivo presentar a la actividad cultural alternativa que se desarrolla en el Pasaje PAM como una problemática, es una forma de abrir un gran interrogante sobre lo que significa producir Cultura alternativa. Ejemplo de ello salta a la vista en uno de los tantos folletos que se encuentran sobre las mesitas que hay a lo largo del pasaje cultural Pam. Donde, desde un principio la idea madre es que uno se acerque a curiosear cuyo titulo es: trastienda en bruto. construido sobre un proceso de acumulación de obras de artistas invitados, con los precios de las mismas en acceso directo a modo de bazar, de mercado público, cercano y de fácil lectura para atraer y simplificar; para tentar al espectador común, al paseante o al entendido mismo. La idea es presentar y exhibir a la venta una en un espacio reducido. Este proyecto intenta reflexionar, debatir y activar el casi inexistente mercado del arte en Rosario. El proyecto. Cultura pasajera nació en el 2004 y hoy en día tiene agenda completa: más de 60 artistas de Rosario y de otros lugares del país se dan cita en este espacio. Una de las primeras impulsoras del Pasaje cultural PAM, Flor Balestra, dice que este año está "más organizado" y advierte: "Tomamos tantos espacios que hasta vamos a aprovechar los baños, porque los locales se están terminando".Este movimiento ofrece muestras simultáneas, exposiciones mensuales de pinturas, esculturas, grabados; también presenta publicaciones alternativas, música y diseño. Consolidado y único en la ciudad, comenzó a gestarse a principios de los noventa, con un inclasificable local llamado “objetos irresistibles” en manos de la mismísima Flor Balestra. ¿Cómo empezó la búsqueda de este espacio y del proyecto cultura pasajera? Pensa que hace 14 años no existía ningún local que venda producción rosarina, porque todos apostaban a lo que venia de afuera. Durante años nadie me aceptaba en ningún lugar, porque lo que hacia era raro. Había que hacer Snopy o Hello Kitty para entrar, y a mi no me gustaba. Entonces me alquile este localcito y así empezó todo. Ir en contra de lo in esta bueno, aparte los circuitos de poder siempre resultan aburridos ¿hacer cuadros para que después se cuelguen en las paredes? Mi lugar siempre estuvo con los circuitos marginales, son más vitales y aparte no tenes que seguir a nadie. Flor define al pasaje como un lugar "amigable, para reunirse". Y respecto del título Cultura pasajera señala que "hay un juego de palabras, pasajero porque estamos en un pasaje y porque el arte pasa, no se instaura en un lugar".

¿Lo inclasificable de tus objetos, no te parece que es como una metáfora de lo que es el Pasaje PAM? Si, porque no encontrar estereotipos, es algo diferente a lo que se esta viendo en todas partes, de hecho, llega gente al local y no saben que comprar, porque dicen que es para gente especial. A mí, todo lo que sea inclasificable me resulta atractivo, no así a otras personas. Cuando hice mis primeras exposiciones, recuerdo que no me dejaban participar en los salones del Castagnino porque decían que yo hacia cosas que no eran ni dibujo, ni pintura, ni escultura, ni grabado... y tenían razón (risas) Yo siento que en mi manera de producir siempre aflora eso diferente que sobresale de lo común, y más en estos tiempos en donde todo lo que se produce es más como más grandote. Juana Molina (trabajo con Flor y otros seis dibujantes rosarinos, en un anime que se estreno en Japón, no hace mucho) dice: los raros son los otros. Yo por mi parte nunca entendí demasiado esos limites ¿esto es para grandes o para chicos? Que pregunta rara. ¿No pensas que el Pasaje Pam se esta proyectando como uno de los nichos culturales de la ciudad? Sin quererlo pareciera que si, porque esta convocando a mucha gente. Los primeros viernes de cada mes se realizan 6 inauguraciones simultáneas que llegan a convocar a más de trescientas personas. No hay muchos ámbitos en la ciudad, que no sean los museos y que puedan albergar a tanta gente. Sin querer queriéndolo, el lugar se lleno de vida. El pasaje tiene la capacidad de seducir en el sentido más simpático de la palabra.

¿La Secretaria de Cultura Municipal, realizo algún aporte económico al proyecto? Contribuye con un pequeño subsidio, que nos permite seguir difundiendo lo que hacemos. Resurgir el mercado del arte en la ciudad es uno de los objetivos de esta movida. "Alguien gasta 400 pesos en una campera y no en una obra", y agrega "el espacio es abierto, no tan duro como una galería o un museo, esto no es solemne porque si no se pone mucha distancia entre el arte y la gente, que de otra manera, nunca vendría a estos lugares". Bibliografía [i] Nicola Constantino. Kuspit, Donald. (2005) El fin del arte. Entrevista; Revista Ñ. [ii] Pierre Bourdieu. Sociología y Cultura. Grijalbo, México, 1990. [iii] Toni Puig. Silvina friera. (2006) “hay un interés en que estemos horrorizados” articulo extraído del diario Pagina 12 [iv] Carlos Sabino. El proceso de investigación. Editorial Lumen. Buenos Aires Alvaro Marrocco 24/10/06

2 comentarios:

Anónimo dijo...

citar a autores que te dan en la pseudofacultad no es etico... pequeño castromontes.

Anónimo dijo...

c) El rock se volvió un producto integrado al mercado

perdon por no enterarme... ¿Cuando SE VOLVIÓ? porque , que yo sepa, desd elvis hasta aca siempre fue un producto DEL y PARA el mercado

saquemonos las caretas
hasta los misfits existieron porque satisfacian una necesidad humana, economicamente redituable, obvio

salu2