Un paseo encantador

La génesis

El proyecto Visitas Guiadas surge en el año 2000, cuando un grupo de arquitectos y gente del Rotary Club se acercan al teatro con la propuesta de hacer la Semana del patrimonio. [Consiste en elegir un edificio histórico de la ciudad para que abra sus puertas y muestre su historia al público durante una semana]. Así fue como el teatro El Círculo abrió sus puertas y mostró sus documentos y toda su historia a todos los interesados en descubrirla. Por cierto que fueron muchos, debido a que la propuesta sirvió como puntapié para “organizar un grupo de guías, armar un guión nuevo y darle vida al proyecto” comenta Claudia Sabatini, la coordinadora de las visitas guiadas en el teatro. “Visitas guiadas siempre hubo en el teatro, el tema era que se hacían esporádicamente, o bien si alguien las pedía. No estaban sistematizadas de esta manera y tampoco tenían la duración que tienen hoy en día” El recorrido La visita abarca todos los espacios del teatro desde la sala principal (la opera), hasta los antiguos camarines “en donde se cambiaban y se vestían los integrantes de las grandes operas a principio de siglo” relata con entusiasmo la coordinadora y agrega “imagínense que venían en barcos mas de cien personas, la orquesta, el coro, los solistas, el vestuario, la escenografia, algo impensado para nuestra época” En el tramo final de la visita se accede a las catacumbas, hoy reacondicionadas y mejor conocidas como el Museo de Arte Sacro Eduardo Barnes. “las catacumbas eran el lugar donde Eduardo trabajaba, era como un taller en donde acondicionaba y exponía sus obras, para sus amigos y para los interesados”. Turismo Cultural En Rosario la idea de turismo cultural, recién comenzó a instalarse fuertemente en la agenda como política cultural a explotar, luego de la realización del III Congreso Internacional de la Lengua Española en el teatro El Circulo, para lo cual se armó el Paseo del Congreso, cuya idea fue vincular las sedes del evento (el Centro Cultural Parque de España y el teatro El Círculo) anexándolos al programa Rutas Arquitectónicas. [El Proyecto busca promover la recuperación y mejora del patrimonio urbano y arquitectónico como mecanismo propulsor del espacio público]. “Nosotras desde el teatro relacionamos toda la visita con la historia de la ciudad, de los edificios. Inclusive les decimos a los turistas que vayan a los museos a ver obras de Salvador Zaino (es uno de los pintores del foyer) recomendamos visitar el Museo Estévez, o bien que no dejen de asombrarse con las fachadas de las casas antiguas que moran por nuestra ciudad”. La barbarie de la picota “hay que frenar con la demolición de los edificios históricos de nuestra ciudad porque forman parte de nuestra idiosincrasia y de nuestra cultura” proclama claudia con razonable indignación y agrega “el teatro el circulo esta de pie, gracias a un grupo de personas, entre ellas Ciro Tonazzi (miembro honorario de la asociación cultural El Circulo) quienes se movilizaron para evitar una demolición. Pensar que tuvimos el cartel en la puerta”. Haciendo escuela En febrero de 2004 en el marco de los festejos por el Centenario del Teatro Miles de alumnos santafesinos conocieron la historia del teatro El Círculo. Para este proyecto se había trabajado con el Ministerio de Educación, y una gran cantidad de escuelas de todo Rosario, inclusive el gobernador Jorge Obeid sumo su apoyo. “trabajar con las escuelas fue un proyecto fantástico, pensar que el año pasado vinieron cerca de 10 mil chicos de todos los niveles” relata claudia con gran orgullo y como anécdota al pasar, cuenta que según le comentaron varias maestras con sobrada experiencia visitando teatros “por lo general las visitas a los teatros se tornan demasiado técnicas” aunque agrega que “al hacer las visitas al circulo, les resulto ser mas espiritual” La propuesta esta hecha. El teatro nuevamente abre sus puertas para que todos nos sumemos, y en especial, las escuelas. Porque fomentar el amor a nuestro patrimonio histórico y cultural desde las escuelas es una materia-taller a la que ningún alumno debe perdérselo. Por Alvaro Marrocco