Las noches otoñales en las calles de nuestra ciudad se presentan tan frías como áridas, cualquiera pensaría que hasta tienen la capacidad de hacer repensar dos veces la asistencia a cualquier invitación। De todas formas, intuyo que el trayecto que marcan los poetas en su andar sumado al candor que emanan las farolas del Teatro -que dan a la calle- proyectan un sendero imaginario que permite abrigarnos ante el acechante frió nocturnal
El III Encuentro Internacional de Poesía reunió a poetas de todas las comarcas। Los días 18, 19 y 20 de Mayo en la Sala Foyer y Vila Ortiz de nuestra Institución la poesía –como cada año- tuvo su lugar y desplegó sus alas en boca de figuras como Pedro Enríquez (España), Maria Teresa Ogliastri (Venezuela), Alvaro Mata Guille (Costa Rica) y demás poetas de nuestro terruño.
La idea del encuentro es escuchar lo que el poeta tiene para contar. Cada poeta interpreta al mundo de una manera diferente –y así lo expresa en cada palabra, en cada frase, en cada fragmento- la sensibilidad de un poeta esta asociada a su capacidad de interpretar al mundo y de su búsqueda constante. Alguna vez, en alguna entrevista que le hice a Fabricio Simeoni –poeta sensible si los hay- manifestó que “la intención poética siempre reside en abrir mundos, hay una palabra, trillada pero bastante reveladora que encierra cualquier actividad, y esa palabra es búsqueda”
Llega el momento de las lecturas y se oye।
(…) Estoy detenido sobre el vacío
la lengua gira se descubre sin palabras
estas son las tijeras del recuerdo
a veces no basta la memoria
tampoco la certeza (…) [1]
Pedro Enríquez.
Lo interesante de la poesía es escucharla en boca de sus propios autores। Hay algo que cautiva en cada poeta. Y es el hecho que no se necesita verlo. Solo se necesita escucharlo. Es el sonido de las palabras lo que da vida.
Cada poeta que sube al estrado cambia el tono de voz, ameniza las pausas, mira al auditorio y vuelve a bajar la vista -como quien toma un sorbo de agua- para proseguir con más estrofas। Entre poema y poema estallan algunos aplausos descolocados del fondo. Esto me recuerda cuando se presentan algunas orquestas extranjeras y entre una interpretación y otra, algunos entusiastas aplauden a rabiar sin saber que no se estila. De todas formas no deja de ser algo simpático.
Siguen las lecturas.
(…) En la ventana
el sol cruza la reja, atraviesa el cristal
como la hija que muere en la carta
mientras su padre la vive en
la carta que escribió (...) [2]
Concepción Bertone
La sala Foyer fue el escenario। Gente por doquier। Llego apenas comenzado el encuentro, atravieso el hall central y me siento adelante. Saco unas fotos, miro al auditorio y tomo apuntes. La calidez del Foyer hace que los poetas y el publico sientan el confortable ir y venir de las palabras que resuenan en este hall de espejos.
La gente que se dio cita en el foyer es ecléctica como la poesía misma. Muchos pibes con sus novias, muchas amigas de amigos y viceversa. Muchas poetas joviales y jóvenes -otros no tanto- Lo veo a Fabricio (Simeoni) cerca de la puerta–infaltable- lo veo a Héctor (Berenguer) registrando los acontecimientos, escucho como los mismos poetas se ofrendan poesías entre ellos. Si mal no recuerdo Alejandra Méndez (poeta del Tercer Mundo) le dedica uno a Concepción Bertone que tanto le gusta.
La luminosidad del Foyer es majestuosa y se presta a admirar las fabulosas pinturas que le dan vida al cielorraso, quien con un encomiable trazo Salvador Zaino -pintor de origen italiano formado en la Academia de Bellas Artes de Génova- pinto un mundo poblado de ninfas y figuras mitológicas sobre un espacio infinito, un espacio en donde las imágenes se conectan con las palabras y forman una estela de palabras en danza, como la poesía misma।
No hay comentarios.:
Publicar un comentario