12.14.2013

Level 33



Cuando cumplí 30 años, escribí algunas sandeces en un post, en torno a la "falta", es más, recuerdo un twitt de la época que decía algo así como que a partir de los treinta y pico empezamos a medir el paso del tiempo en base a las perdidas, quizás ese twitt significó algo groso para quien lo escribió, seguro se le murió la vieja o algo ultra-jodido; por mi parte, todavía conservo a mis papis sanitos y contentos; por ende transformé ese twitt en algo banal –fiel a mi estilo- y lo resignifique como un pasar de nivel, -como en un videogame- cumplir 33 años es como pasar una pantalla más compleja; digamos que los malos que en la pantalla anterior eran lentos y te aparecían con una navaja, en la pantalla tres, te corren con una pistola y a cara de perro.

También hable de la idea del digito y puse algo referido a lo que uno debe dejar al pasar de level. Porque el dulce, tierno y juvenil 2 (los veintitantos) son un errante y glorioso caos; y cambiarlos por el austero, fofo y adulto 3, es medio garronero. Pasame el joystick Olive.  

#todoelmundoyafué

Mi amigo Richard, dice que todo el mundo se mueve por apariencias y ya no hay esencia en las personas; es decir, hay un caretaje generalizado y lo que guía a todo el mundo son las modas; ya que estamos en vísperas de navidad, hay “etiquetas para tod@s”: Hipsters, Rugbiers, Chetos, Putas, Pibitas, Boludos, Gomas, Usados, etc. El origen no importa, su pasado no cuenta, igual da lo mismo porque todo el mundo es todo lo mismo. Ya fue!

#etiquetamela

A simple vista, el mundo podría verme como un careta dual, histórico y funcional a cualquier sistema (Publico o privado) así como también podrían etiquetarme como un ser pragmático devenido en hipster de feria, con tendencias vintage sobreactuadas. Ahora, hilando fino sobre algunos conceptos vertidos en esas taggeadas, agrego lo siguiente. La idea de dualidad del ser la desarrolla muy bien Carl Jung en algún tomo que arielotas tiene guardado en su biblioteca; pero para aquellos que no quieren leer, pueden ver “Full Metal Jacket” (S. Kubrick - 1987) Película anti-bélica; donde uno de sus personajes principales “Joker” un jocoso marine devenido en periodista de guerra anda libremente por el campo de batalla con un pin del símbolo de la paz y una leyenda en su casco que dice: “Born to kill”.   

#DjStalin

Si seguimos la lógica dual del ser humano, entonces todos utilizamos caretas, -yo tengo bocha- pero también tengo algunos principios. No todo da lo mismo. No da lo mismo comprarte una remera con la estampa de Lennon en un local de kosiuko atendido por un salame que sabe lo mismo que podría saber mi abuela muerta de Lennon, que comprartela por dos mangos en una feria y customizarla a tu gusto. No da lo mismo hablar de música con un verdulero que escucha a Valeria Linch que hacerlo con uno que escucha Iron Maiden. A medida que pasan los años nos vamos volviendo más cara de japis e intolerantes con aquellos que se arrogan la palabra desde un lugar vació, ficticio y/o armado. Mi amigo Gomer piensa lo siguiente:

“yo cuando era chico pensaba... ponele mirá esta banda que no conoce ni montoto que se llama, no se catupecu machu o babasonicos, ojalá lleguen y sean re grandes y las escuchen todos, y cuando pasó es como cuando todos quieren ser como bart y ya no esta tan bueno, creo que lo que sucede es que uno por un lado quiere viralizar lo que le gusta a todo el mundo: (mirá mamá!!! escucha pantera, es buenisimo!!) pero por otro lado se siente zarpado en su identidad por el resto. Como que se cogen una parte de tu identidad, algo que antes era mio y de un par más ahora es de una bocha. Y sabemos que las bochas traen un montón de gente distinta. Yo me la tengo que comer doblada porque yo de pibe soñaba ir por la vida y que toda la gente tenga remeras de bandas que me gustan a mí. (ahora, si sos comunista no le pongas contraseña al wifi) el tema es que no se si significa lo mismo la remera para unos que para otros, para mi la remera es como una invitación a hablar de ciertos temas, hablar de música lleva a un grado de confianza a las personas, las relaciona desde otro lado, no se... podes estar 4 horas hablando de un fideicomiso con un tipo y no te va a generar tanta confianza como un boludo que le gusta la misma mierda que a vos en 10 minutos..... tic tac efimero, pero te creo. Yo banco mucho que en este mundo careta la gente se crea. Es medo jesus de laferrere pero posta lo banco. En el fondo queremos que la gente tenga los mismos argumentos que nosotros. Es un poco facho pero creo que es así” 

#Bodegones

Siguiendo con esta lógica, miles de cosas dejan de ser “todo lo mismo" y empezamos a barrer con lo que no nos gusta, o nos parece que no condice con nuestro mundo, justamente porque elegimos.

En periodismo hay una regla básica de escritura, en donde la información incluida en la noticia debe responder a seis preguntas básicas: qué, dónde, cómo, cuándo, quién y porqué. Pensaba en el hecho social de "cumplir años" e indefectiblemente, me hice dos preguntas ¿Quién los cumple? y ¿Donde los cumple?

Por estos días estuve devanándome los sesos en busca de un lugar que contemple esos dos aspectos. Ósea, ¿Dónde tendría que hacer su cumpleaños Alvaro? Pensé y pensé y llegué a la conclusión que mi comodidad se ve acrecentada cuando me siento a morfar en algún Bodegón. En el bodegón hay historia, viejos, mitos en torno al lugar, manteles coloridos y mesas chiquitas o largos tablones. Las cartas que te acercan los mozos son una invitación a lo abundante. Cualquier plato sale con un olor a cocina hermoso. En los bodegones no hay término medio, todo abunda y ello conlleva a que la fritanga se encuentre tanto en la milanga con fritas que trajo el mozo, así como también en los vidrios de los cuadros que cuentan la historia del lugar.        

Para encontrar ese tesoro llamado “Bodegón” estuve pidiendo data en todos lados, Fanny, (mi compañera de oficina del teatro) me sugirió un lugar –medio bodegón así como queres vos- me dijo, se llama “Trattoria del Lazio” lo chequee en la web y estaba bastante bien; Buenos Aires al 2100, reunía las condiciones de bodegón, medio cheto aunque ameno; pero se cayo al mismísimo instante en que agregó -ahí festejó su cumpleaños mi mamá-
 
No es lo mismo organizar un cumple en cualquier resto-bar del "Paseo Pellegrini" con su impronta familiera “clase media amigable”, que de amigable solo lo tiene a “Chopper-boy” –el muñeco- que esta los 365 días haciendo patéticas morisquetas a los transeúntes en la esquina de Pellegrini y España, para que consuman en el local de Bernardi; que hacerlo en algún restó-bar-bodegón con cierta esencia bohemia.

Cuando mi entusiasmo estaba en aumento, Moli no tuvo mejor idea que watsapearme: -potro mirá que es verano y no hay aire-acondicionados en los bodegones- Shit, dije tiene razón, ¿y ahora? Tendría que hacer como el Peti y hacerme el dolobu e invitar a tres o cuatro extras para que no se quejen del calor, y se limiten a aplaudir mis comentarios; opté por acercarme nuevamente al río -como en años anteriores- abandonando por completo la idea de volver al Club Mitre; sede oficial de mis cumpleaños anteriores; ahí fue cuando me acordé del Resto-bar flotante que esta en la “Bajada España” remil juega ¡ La consulto a Moli y me dice: -la peña náutica es la versión adulta del Club Mitre- ¿Me recibiré de adulto?


#Grownup 

Nada mejor que ir a inspeccionar el lugar; encadené la bici a una baranda y baje las temblorosas y zigzagueantes escaleras que te depositan en este lugar. Al llegar miro hacia los costados y se acerca una chica que tenía un anotador en su mano, me acerco y le digo: -Que tal, quería ver precios y menús para festejar un cumpleaños- me miró de arriba abajo; yo estaba vestido ultra teen; mallita roja, remera amarrilla estirada, gafas thompsoneanas y gorra roja de feria.   
-Mirá, si querés podes averiguar en la peña que esta más abajo, ahí tenés parrilleros, tablones y venden empanadas creo-. Fuck pensé, así nunca más me voy a recibir de adulto. Siempre coqueteé con esa idea de serlo, y poder festejar un cumpleaños en un Restaurant era un principio. Nada más adulto que un mozo cuando se acerca a tu mesa y te dice con sutil amabilidad, -¿señor le apetece mas vino? Y uno alegremente responde –una copita más me vendría de puta madre Ricardo-; y se producen esos momentos en donde todos reímos como cochinos; pero para llegar a ese nivel de adultez, uno debe dejar algunos tics de adolescente; y fue ahí cuando me saqué la gorra, la miré a los ojos y le dije: -no esta bien, reservame una mesa para 20 personas- me miró tildada como un flipper de mi firmeza, se acercó a la computadora anoto mi reserva y nos despedimos; me calce la gorra nuevamente y subí las escaleras a los saltitos; fue una pequeña victoria, había llegado al level 33. 

                                 

3 comentarios:

Gomer dijo...

Calcula, entre veras y burlas, que una generación de tlönistas puede bastar.

Gomer dijo...

te re banco richard

Anónimo dijo...

Jesus tenía 33, y parecía un #pendejo, #hippie, #idealista..., Sin embargo mas de dos mil años después le siguen diciendo Señor, es más... Nuestro Señor! Amen. #diosnoslibre.